lunes, 30 de agosto de 2010

el elogio de la sombra

En este escrito el autor habla sobre la manera en la que la cultura oriental, en particular los japoneses, captan la belleza. A diferencia de nuestra cultura donde la luz forma parte fundamental, los japoneses encuentran la belleza en el misterio de las sombras.

La cultura japonesa expresada por Junichiro, ve a la luz como intoxicación; que en lugar de iluminar los objetos, “apaga” su belleza natural y nos desconecta de ellos y de su potencial. Por irónico que suene, para los japoneses la penumbra encuentra y “deja ver” la belleza en la nada.

En la lectura se compara la manía de los occidentales por la limpieza tanto en los espacios como en los materiales, mientras que los japoneses encuentran bello el aspecto sucio y de antaño de la madera y metal viejos, llenos de sabiduría, experiencias y tiempo.

El elogio de la sombra cubrió todos los ámbitos en Japón, desde la construcción, utensilios de uso diario, hasta la vestimenta y maquillaje femeninos. Todo estaba dispuesto y diseñado para ser apreciado bajo la luz tenue de las velas y cuya llama tintineante descubría poco a poco los destellos producidos por los colores oscuros y profundos de los objetos.

En el escrito se habla de una belleza natural pero escondida, que deja fluir la imaginación al no revelar mucho. Un juego de matices de claro-oscuros que realza la belleza no solo humana sino también de los objetos que experimentan la oscuridad. Lo que no se ve y las posibilidades que brindan, te hacen pensar en lo que hay detrás, en lo que esconden, haciéndolo aun más interesante.

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